¿Te pusiste a pensar el tiempo que perdes, haciéndote problema
por lo que le pasa a los demás? Cuando
las peleas que tiene tu familia, repercute en la tuya, es porque algo estás
haciendo mal. Es entendible que quieras ayudar, que te preocupes, pero ¿Alguien
se ocupa así de vos?
Aprovecha tu juventud, que estás bien de salud, que tenes
trabajo y te podes mantener sin necesitar de nadie. Deja atrás todo eso, al
menos cuando estás fuera de ese ámbito. Sino te ocupas de tu felicidad ¿Quién
lo va a hacer?
No cambies, seguí igual, tan responsable y tan buena
persona. Ayuda con una simple sonrisa, a modificar cualquier estado de ánimo,
sea en tu casa, tu trabajo o donde estés. Aquellos que siempre están a tu lado,
no los dejes nunca y los que te fallaron o nunca te quisieron, agradécele que
te ayudaron a aprender, en quien confiar y en quién no.
Los problemas no se van a ir, pero nadie puede solucionarlos
todos, por más que quiera. Lo que si se va, son los años y sino los aprovechas,
se consumen solos. Arriésgate, total si te equivocas, podes volver a intentar.
Pero nunca te des por vencido, nunca te sientas incapaz de algo que todo el
mundo te dice que no vas a lograr.