martes, 19 de diciembre de 2017

La cacerola



Abrís los ojos, te frenas y miras bien. Por un lado están los energúmenos que utilizan cualquier situación para hacer destrozos y, mediante bandera política, “representar a los que no están de acuerdo” y por el otro, están los que realmente sufren, los que se manifiestan en paz y no importa si son de un bando o del otro, lo que importa es que no se haga injusticia.
Referirse a este tema es delicado, porque te estigmatizan en algún partido político o porque no entendes nada y realmente podes estar encontra de algo que pertenece a tu propio partido. La idea de esto no es mandar un mensaje político, sino un mensaje humano. Que si hay algo que debatir, se haga en paz, que aprendamos a escuchar al otro y que si una gran parte de la gente que se manifestó, sin disturbios, brindó un mensaje, por algo es.
Lo más triste es que esto recién empezó, el país va en camino a convertirse a lo que sufrimos a principios del 2000, todavía estamos a tiempo de salvarlo. Pero hay que hacerlo sin violencia, sin complicarle la vida al trabajador, que tiene que laburar igualmente.
La gente tiene que tener paciencia, para reconstruir el país en paz, para poder dialogar sin importar que bandera representas, para demostrar que estamos en democracia y que no somos animales. Si entras a la política, tiene que ser porque crees que podes solucionar problemas y brindarles herramientas a la sociedad, no para pelearte con los del partido de enfrente como si fueran los barras de los equipos de fútbol. Primero está la gente…

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